LA EFICACIA DE LOS PROGRAMAS DE REINSERCIÓN SOCIAL IMPLEMENTADOS DESDE EL INTERIOR DE LOS RECLUSORIOS EN TÉRMINOS DE LA PREVENCIÓN DEL DELITO

MTRA.SILVIA LANDÁZURI SANTOYO

Al tenor del artículo 18 de la Constitución Política de los Estados Mexicanos, la reinserción social, es un proceso cuya finalidad es que el delincuente no vuelva a delinquir; para ello, es necesario analizar una serie de condiciones que hacen posible que la reinserción social se materialice. La prisión, como institución donde se llevan a cabo los procesos de reinserción social, se traduce en “un servicio que busca reinsertar al interno, lo cual incluye oportunidades de empleo, acceso a atención médica, educación, así como actividades culturales y deportivas” (Sarre, 2010 citado en Barajas, Torres y Palma, p. 7, 2015). Al ser la reinserción social, un derecho humano de los prisioneros sentenciados, el Estado es el garante de que esto sea posible y, para ello, deberá implementar una serie de actividades encaminadas a ello.

El artículo 18 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, prevé como herramientas para lograr la reinserción social de los prisioneros: el trabajo, la capacitación para el mismo, la educación, la salud y el deporte, todo lo anterior en un marco de absoluto respeto a los Derechos Humanos; sin embargo, aun agotando todos éstos elementos, ¿realmente cumple el Estado su finalidad? ¿Cuentan los centros de reinserción social con la infraestructura adecuada y el personal técnico capacitado para lograr su meta? En el proceso de reinserción social, influyen tres elementos: el Microsistema, Mesosistema y Macrosistema; los cuales deben interrelacionarse para que la reinserción social sea una realidad. Para que esto último sea posible, la psicología es un elemento importante; ya que es necesario un proceso de cambio en los patrones de conducta del delincuente, a través de la terapia individual, usando el método de la ortoconducta.

El Microsistema que a través de terapia individual según el Modelo Psicológico Cognitivo – Conductual, la reinserción social, “consiste en un conjunto de acciones , encaminadas hacia la prevención y modificación de la personalidad disocial y antisocial, además de aquellas conductas socialmente inaceptadas” (Salgado, 2014, p.6). Lo que se traduce en tratamiento psicológico adecuado para cada prisionero; previamente al conocimiento de las causas particulares que lo llevaron a tener una conducta antisocial y cometer un hecho delictivo, para, sobre tales antecedentes poder establecer la terapia adecuada, a cada caso en particular, ya que no se pueden generalizar las causas que llevaron a una persona a delinquir. Lo que se pretende con la terapia individual, es un cambio de actitudes, valores y formas de comportamiento, enfocadas a que el interno se sienta aceptado consigo mismo, y, como consecuencia, en la interacción que tiene con otras personas, para que su vida le sea más agradable y a través de un modelamiento de su conducta, opte por otros estilos de vida que lo harán crecer y desarrollarse como persona digna, con la finalidad de evitar la reincidencia delictiva.

El Mesosistema que se traduce en una serie de acciones y actividades de tipo colectivo, llevadas a cabo desde el interior del centro penitenciario, donde el prisionero, los integrantes de su familia y su grupo más cercano de amigos, practican determinadas dinámicas. A través de las cuales, adquieren una serie de aprendizajes enfocados a un cambio de hábitos para modelar su comportamiento e interactuar con el mundo que los rodea de forma aceptable, promoviendo la cercanía y los vínculos afectivos tanto dentro como fuera de la prisión, entre los miembros del grupo incluyendo al prisionero. Tales acciones comprenden actividades religiosas, culturales y recreativas dentro de la prisión, donde además se involucre a los compañeros reclusos y el personal administrativo; actividades recreativas y culturales con la familia y los amigos más cercanos fuera de la prisión; visitas conyugales; terapia de grupo con familiares y/o amigos cercanos para fomentar lazos de solidaridad y apoyo, encaminados al crecimiento personal y motivar la autoestima de los miembros del grupo; la inclusión a un taller ocupacional donde el trabajo y la capacitación, vienen en ser un modo ordinario de vida. Tales acciones, tienen como finalidad lograr cambios de conducta favorables, tanto en el interno, como en el núcleo familiar y social en el que se ha desarrollado antes de la prisión y, al que regresará una vez liberado de ésta, para evitar con ello, la reincidencia en el delito. Para lograr la reinserción social, es necesario generar un proceso de reinserción familiar desde el interior de la prisión, toda vez que si el ambiente social y familiar previo a la cárcel constituye un ambiente hostil, carente de valores elementales que hacen posible la convivencia armónica de los seres humanos, aunado a la pobreza y falta de oportunidades académicas y laborales, incitan a la delincuencia desde una edad temprana y, se convierte en un modo habitual de vida, por lo que los procesos de reinserción social desde el interior de la prisión serían ineficaces, cuando el recluso, al recuperar su libertad, regresa al medio que promovió su conducta delictiva. Los procesos de reinserción familiar, a través de dinámicas desde el interior de la prisión, en las que participan los miembros de la familia y, personas cercanas al reo, promueven el apoyo familiar y social imprescindible, para el éxito de la reinserción social, que depende y es proporcional al grado de vinculación social del individuo y se ha demostrado, de forma empírica, que el apoyo social y afectivo de la familia, una pareja estable, así como un entorno de amigos aceptable , es una variable ligada a la resiliencia delictiva.

El Estado, deberá establecer políticas públicas para facilitar por todos los medios, la vinculación familiar a través de visitas conyugales, familiares y sociales, desde el interior de la penitenciaría para fortalecer los lazos afectivos del interno y su núcleo más cercano fuera de la prisión. El Macrosistema consistente en la implementación de una serie de políticas públicas, encaminadas a mejorar el tejido social a través del combate a la pobreza, mediante la generación de oportunidades académicas y creación de empleos desde el interior de la prisión, para lo cual, se deberán generar convenios con universidades y empresas. La profesionalización y capacitación del personal administrativo de los reclusorios; la generación de grupos de auto ayuda de tipo religioso y organizaciones no gubernamentales que abonan a la Reinserción Social de los internos .

Contáctanos

CAPTCHA
Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.

Calidad UO

Contacto

Dirección: Carretera Poza Rica - Cazones km 51, La Rueda, Poza Rica, Ver., México C.P. 93306